Hace mucho que no escribo, recuerdo que una vez leí que la gente es egoísta con sus palabras y por ende terminan siendo egoístas con ellos mismos, por eso prefiero escribir aunque no tenga un motivo inspirador para hacerlo, debiese bastarme con mi ímpetu creciente que me arenga a seguir mi instinto y escribir de lo que aún no sé.
Cuando se escribe se libera espacio en el alma y en la mente pues esos dos lugares jamás están completamente vacíos, siempre hay algo que entregar y que espera ansioso la oportunidad de ser descubierto. En estos últimos días pienso que mi vida ha cambiado bastante, seria apresurado asegurar un futuro auspicioso o un destino seguro. Todo lo que sé es que estoy aprendiendo a vivir el aqui y el ahora, puede que me haya echo mas valiente o mas cobarde a la vez pero he aprendido la fórmula para aquietarme por momentos y enloquecer sin previo aviso y eso para mi es perfecto.
En momentos particulares no recuerdo muy bien como llegue a todo esto, a sentir una tranquilidad graciosa y afortunada, mis papás volvieron a ser esposos, mi trabajo incrementa, voy a tener una sobrina y estoy enamorada. Es como si hubiera recibido varios premios por adelantado en Sábado Gigante y no sé si tener miedo o generar expectativas para mantener mi buena racha (como diria mi abuelita), en instantes pienso en esto que tengo y me parece extrañamente anormal para mi, y por eso pienso a la vez en el momento en que quizás lo pierda. Por que a pesar de que soy una agradecida, también sé que lo bueno no dura para toda la vida, si todo fuese así Candy hubiese terminado con Anthony o los Supersónicos hubiesen durado hasta la eternidad, y Marcos hubiese encontrado a su madre sana, salva y sin tragedias, o quizás Friends estaría aún en la pantalla. Nada de lo anterior ha sucedido así que me veo obligada a pensar en que los finales, independiente de su giro, son estrictamente necesarios para el subsistir humano.
Hoy poseo una tinta optimista, unos colores que me favorecen y un arco iris para cruzar lo que quiera, quizás cambió mi sonrisa o el tinte de mis ojos haya cambiado aún mas de lo que constantemente lo hace... no lo sé. Me niego a entregar esta etapa a mi memoria solamente, prefiero escribirla y saber algún día lo feliz que me sentí aqui y ahora.
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