sábado, 13 de abril de 2013
Pizarnik
" Y yo me cubro, yo me envuelvo, me mezo en mi nostalgia preferida, me abrazo a la almohada y lloro, me avergüenzo de mi edad y no comprendo por qué, tan de repente, ya no soy una niña."
Este es uno de los pasajes de Alejandra Pizarnik, quizas en un libro o en alguna estrofa de sus poemas, todos cargados de un sentimiento de desazón e inconformismo pues así vivió siempre.
Lo significativo de todo esto es que me pregunto ¿Cómo siempre pudo sentirse así de desolada y nostálgica?, así fue como llegue a ella a investigar su vida y a entender el porque de su agobiante y constante pena además supe que escribir era una de las cosas que sanaba su alma, pero siempre es asi.
Quizás hoy me sienta como Pizarnik, agobiada por un sentimiento que se había vuelto tan ajeno con los años... la desilusión. A todos nos pasa cuanta verdad hay en ello, más es con quien o como nos pasa lo que nos deja un color diferente, una nostalgia distinta y hoy es el momento en que tomo todo aquello que me desilusiono y me hago una mejor persona.
Los mea culpas siempre son buenos, y los dias nublados ayudan aun más, sumare eso a Damien Rice y tienes la perfecta ecuación para superar cualquier obstáculo o hundirte en él. Dejare que esto pase, que me contamine lo necesario, que me retuerza las entrañas y me culpare por todo lo que considere justo. Buscare una caja, de color azul de preferencia y pondre ahi todo lo que ya no quiera y dejare que se vaya, le dare alas para que alcance a quien crea necesario y continuare ¿Cómo? tocare el teclado en cuanto termine de escribir esto, tomare clases de baile, besare a alguien que me guste y sonreiré recordando que esto no fue mas que una mala pasada del destino. Es así... lo sé y ahora solo lo dejare fuera. Así funciona.
Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.
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